Fernández: «El poder no pasa por ver quién tiene la lapicera sino por quién tiene el poder de convencer»
Luego de idas y vueltas y chispazos entre el sindicalismo y la Casa Rosada, finalmente Alberto Fernández encabezó el acto por un nuevo aniversario de la muerte de Juan Domingo Perón en la histórica sede la CGT de calle Azopardo 802 de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires.
Acompañaron al presidente la mayoría de los ministros Anibal Fernández, Matías Lammens, Martín Soria, Santiago Cafiero, Gabriel Katopodis, Juan Zabaleta, Juan Manzur y Eduardo «Wado» de Pedro. También estuvieron los sindicalistas Hugo Moyano, Antonio Caló y Gerardo Martínez, entre otras figuras y autoridades.
Además, participaron los gobernadores de Chaco Jorge Capitanich, Axel Kicillof (Buenos Aires), Raúl Jalil (Catamarca) y Ricardo Quintela (La Rioja).
Fernández en su discurso hizo un repaso de la vida de Perón, pero los momentos más álgidos pasaron cuando respondió claramente a Cristina Fernández de Kirchner. En primer término, hizo referencia a la «lapicera» que CFK le pidió que use. «El poder no pasa por ver quién tiene la lapicera, el poder pasa por ver quién tiene la capacidad de convencer «, dijo el Presidente y añadió que «convencer es una tarea mucho más ardua».
«Perón convenció a millones de argentinos y argentina que hasta el día de hoy lo sienten vivo. Nunca necesitó de una lapicera «, expresó Fernández.
Por otro lado, se metió en la discusión por gestión de los planes sociales y pidió «reconocer que hay una economía naciente, distinta, no conocida, que es la economía popular y hay que darle vida», lo que generó los aplausos de varios dirigentes de movimientos sociales que estaban en el lugar como Emilio Pérsico del Movimiento Evita y Daniel Menéndez de Barrios de Pie. «Esta no es una discusión de planes sociale, es una realidad», añadió el mandatario nacional.
Emilio Pérsico del Movimiento Evita y Daniel Menéndez de Barrios de Pie
En el escenario principal Fernández, que fue el único orador de la noche, estuvo acompañado por los co secretarios generales de la CGT Héctor Daer y Carlos Acuña y por los representantes de la juventud sindical Daniela Merino y José Luis López.
«Hace 48 años que Perón nos dejó. Fue un hombre inmenso, enorme, de esos que nacen una vez. Significó para argentina un antes y un después», comenzó Fernández su discurso y afirmó que «Perón entendió que había una parte de la sociedad que estaba al margen, no tenía derecho, no disfrutaba de la Argentina. Un sector a lo que le llegaba solo lo que los más poderosos desidia que les llegue. Vivían sin ningún derecho».
«¿Qué hizo distinto a Argentina del resto de Latinoamérica? Lo distinto es que tuvimos a Perón. No nos damos cuenta porque para nosotros hoy en día el sindicalismo es algo lógico, sindicalizarse es algo lógico. Poder gozar de licencia por enfermedad es algo lógico, poder gozar de vacaciones pagas es algo lógico, pero nada de eso existía antes que Perón llegara», recordó el mandatario nacional.
Tras continuar recordando etapas del primer Juan Domingo Perón y ponderar exclusivamente la educación pública, manifestó que «como siempre pasa, darle tantos derechos a los sectores populares lastima a los poderosos y fueron impiadosos». En ese momento recordó el bombardeo a Plaza de Mayo y el posterior golpe de Estado que derrocó a Juan Perón. «Ahí hizo otra elección enorme. El pueblo estaba con Perón pero prefirió irse antes de que se derrame sangre», aseveró Fernández.
Continuando con su repaso, llegó hasta el momento de la vuelta de Perón después de 18 años de exilio. «¿Cómo era el Perón que volvía en el 73? Después de haber visto de cerca la muerte, después de haber visto como lo bombardeaban, era un Perón que lo único que quería era construir otra patria y en otras circunstancias» dijo y recordó que «se abrazó un día con (el líder de la UCR Ricardo) Balbin y todos mirábamos sin entender. En realidad nos estaba dejando un mensaje claro, el mensaje de unidad que hacía falta, nos estaba diciendo que la argentina no podía seguir dividad en dos bandos».
«Él advertía los problemas que Argentina tenía, veía una juventud tumultuosa, veía las reacciones corporativas, veía como el poder internacional se preocupaba por la vuelta de Perón al poder. Decía que ‘para crear valores lo mejor es acordar, ponerse de acuerdo,. Nadie en la vida puede mejorar destruyendo valores’», analizó y expresó: «Nos dijo bajen las armas y siéntense a dialogar».
Esa fue la antesala para el primer dardo que Fernández lanzó contra la vicepresidente Cristina Fernández de Kirchner. A continuación, prosiguió y volvió a citar al creador del PJ: «Cuando muchos decían que le diálogo no era el camino, que había que ponerse fuerte, nos enseñó: ‘Jamás en la conducción política hay que obligar a nadie, hay que persuadir a todo el que se pueda’. Me quedo con esa frase de Perón porque la política no es otra cosa que convencer al otro en la empresa que uno inicia».
Fue en ese momento que Fernández disparó: «El poder no pasa por ver quién tiene la lapicera, el poder pasa por ver quién tiene la capacidad de convencer. Convencer es una tarea mucho más ardua, claro que sí. Perón convenció a millones de argentinos y argentinas que hasta el día de hoy lo sienten vivo. Nunca necesitó de una lapicera «.
«Me parece que nosotros tenemos que tomar y recordar todas esas enseñanzas de peron que fueron tan importantes», indicó el Presidente y agregó, tratando de poner paños fríos, que «los valores que de los que Perón hablaba son los mismo que tenemos nosotros más allá de las diferencias coyunturales que podemos tener».
Continuó Fernández: «Como dije en el 2019 ‘primero los últimos’. Eso es decir pongamos en el centro de la escena a los más necesitados para que dejen de ser necesitados».
«Perón tenía valores y convicciones pero sabía que tenía que acomodarse en cada circunstancia para aplicar esos valores y convicciones porque el mundo es dinámico, no es estático», expresó el mandatario nacional y recordó que «Perón siempre se escapó a los dogmas, supo que había momentos que había que usar las herramientas que ofrecía la derecha y en otros momentos las que ofrecía la izquierda. Supo que lo importante no eran las herramientas sino para qué se usaban».
En ese sentido, dijo que lo que hay que hacer en la actualidad es «primero apoyar a la producción, apoyar al que invierte y no especula, ayudar al que está en situación de pobreza, reconocer que hay una economía naciente, distinta, no conocida que es la economía popular y hay que darle vida». La referencia a la economía popular generó aplausos de los sectores que representan a movimientos sociales, hoy cercanos a Alberto Fernández luego de la polémica surgida con CFK por la gestión de los planes sociales.
«Esta no es una discusión de planes sociales, es una realidad» dijo Fernández y agregó que «así como la revolución industrial trajo muchas crisis, la revolución digital trae nuevas crisis y nosotros tenemos que atenderlas y el modo de atenderla es abrazar a los que están dejando al margen y reconocerlo como actores de la sociedad que son».
Así las cosas, ya en el desenlace de su intervención, Fernández repasó algunos logros de su gobierno y dijo que «Argentina después de la pandemia creció 10,3%, llevamos más de un millón de empleos creados». Además dijo que Mercedes Marcó del Pont, directora de la AFIP y también apuntada por Cristina Kirchner, le envió un mensaje en el que le contó que «la recaudación total subió un 82% muy traccionada por la seguridad social, aportes y contribuciones que creció un 83%». «Eso es empleo y salario de los argentinos «, celebró el presidente.
El chaqueño Jorge Capitanich junto a su par bonaerense Axel Kicillof
«Entonces cuando nos preguntamos ¿qué hicimos? Hicimos mucho, hicimos mucho en cada rincón de la argentina» agregó y afirmó que «peleamos por el federalismo. Cuando veo los recursos que se destinaron a las provincias me doy cuenta que cuando dije que era el más federal de los porteños, lo era».
Para cerrar, dijo que «nosotros que venimos de una pandemia amarilla, que no era la fiebre, y de una pandemia, la global, tenemos que estar más unidos que nunca» y volvió a citar a Juan Perón leyendo: «La obligación fundamental de un nombre del gobierno es hacer la felicidad del pueblo y labrar la grandeza futura de la nación, cuando un gobierno cumple esos dos aspectos, todo lo demás es secundario, hay que tener un pueblo feliz. No hay que sacrificar una generación para que otra pueda disfrutar, eso ya es un cuento muy viejo y conocido».
Así las cosas, Fernández concluyó: «No necesito más sacrificios, lo que necesito es vida, no quiero que nadie más sufra. Frente a las voces de desánimo que todos los días se levantan y se escuchan, les digo sembremos esperanzas porque el futuro que se viene es un futuro con más igualdad, libertad, con más respeto de las instituciones para que podamos hacer la patria justa, libre y soberana que Perón nos dijo que debíamos hacer».