Avances en el tratamiento preventivo de la migraña
La migraña es una enfermedad neurológica compleja, crónica y altamente incapacitante que afecta a más de 1100 millones de personas en todo el mundo, según datos de la Organización Mundial de la Salud (OMS). En Argentina, se estima que el 9,5% de la población padece migraña, con una prevalencia significativa en mujeres, especialmente en edades comprendidas entre los 25 y los 45 años.
Sin embargo, a pesar de su alta incidencia, la migraña sigue siendo una enfermedad subdiagnosticada y mal tratada. Muchas personas no reciben el diagnóstico correcto hasta varios años después del inicio de los síntomas, lo que genera un retraso importante en el acceso a tratamientos adecuados y eficaces. Según estimaciones médicas, algunos pacientes pueden tardar hasta diez años en obtener un diagnóstico certero.
¿QUÉ ES LA MIGRAÑA?
Más allá del dolor de cabeza intenso que caracteriza a la migraña, esta condición implica una alteración neurobioquímica compleja del sistema nervioso central. La doctora Fiorella Martín Bertuzzi, neuróloga y presidenta de la Asociación Migraña y Cefaleas Argentina (Amyca), explica que «la migraña no es solo un dolor de cabeza; es un trastorno neurológico con base genética que involucra una hiperexcitabilidad cortical y una disfunción en las vías del dolor».
Los episodios pueden durar desde unas horas hasta varios días y suelen ir acompañados de síntomas como náuseas, vómitos, sensibilidad a la luz (fotofobia) y al sonido (fonofobia), e incluso alteraciones visuales conocidas como «aura». Estos síntomas pueden tener un impacto devastador en la vida laboral, social y familiar de quienes la padecen.
Clínicamente, se distinguen dos tipos principales:
– Migraña episódica: cuando se presentan entre 1 y 14 crisis al mes.
– Migraña crónica: cuando hay más de quince días de cefalea al mes durante al menos tres meses consecutivos.
Quienes experimentan más de cuatro ataques mensuales o cuyos episodios tienen un impacto significativo en su calidad de vida son candidatos a recibir un tratamiento preventivo, orientado a reducir la frecuencia, duración e intensidad de los ataques.
NUEVOS TRATAMIENTOS: LOS GEPANTES
En los últimos años, se han desarrollado avances terapéuticos revolucionarios para el manejo de la migraña. Uno de los descubrimientos más prometedores ha sido la aparición de una nueva clase de medicamentos llamados gepantes, inhibidores orales del receptor del péptido relacionado con el gen de la calcitonina (CGRP).
El CGRP es una sustancia química liberada durante un ataque de migraña que contribuye a la inflamación y a la transmisión del dolor. Los gepantes bloquean este mecanismo, evitando que se desencadenen o se intensifiquen los síntomas. Según estudios clínicos, estos medicamentos logran reducir al menos un 50% la frecuencia e intensidad de los ataques, tanto en pacientes con migraña episódica como crónica. Además, son bien tolerados, con efectos secundarios mínimos y sin riesgo de dependencia o sobredosis.
«Se trata de un enfoque innovador y específico, muy diferente de los tratamientos preventivos tradicionales, como los betabloqueadores, antidepresivos o anticonvulsivos», asegura la Dra. Martín Bertuzzi. «Los gepantes se administran en forma de comprimidos orales, una vez al día, lo que mejora notablemente la adherencia al tratamiento». Estos medicamentos ya están disponibles en Argentina y representan una alternativa esperanzadora para miles de pacientes que no respondieron a tratamientos previos o que sufrieron efectos adversos importantes con otras opciones farmacológicas.
Aunque los avances terapéuticos son fundamentales, también resulta clave abordar otro problema crítico: el subdiagnóstico y la automedicación. El doctor Daniel Gestro, neurólogo del Hospital de Clínicas, destaca que «es habitual encontrar casos de migraña que nunca fueron diagnosticados correctamente. Aunque más de 90% de la población ha tenido algún episodio de cefalea en su vida, esto no significa que haya sido evaluado por un profesional»