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Muchos estudios han demostrado la importancia de las áreas verdes dentro de las grandes ciudades por diversas razones; una de ellas es que la naturaleza es un factor determinante en la salud de las personas.
Una ciudad se vuelve óptima para las personas que la habitan cuando brinda a su comunidad espacios que reduzcan el impacto de la contaminación, que surge principalmente de las industrias y de los autos; que neutralicen la contaminación sónica, y que estos espacios sean, a su vez, reguladores térmicos en los sitios que son aprovechados para la recreación, hacer ejercicios, dar un paseo o donde las personas se sientan a leer o a conversar.
La presencia de árboles y plantas dentro de la ciudad regula el clima urbano, proporcionando grandes beneficios. Se calcula que mientras el ser humano consume entre 500 y 600 gramos de oxígeno al día, un solo árbol urbano frondoso puede producir esa cantidad en 30 minutos aproximadamente.
La vegetación mejora la temperatura del aire a través del control de la radiación del sol y la humedad ambiental; por lo que la vegetación regula el clima de las ciudades. Los árboles y plantas dan estabilidad a la temperatura al subir los niveles de humedad, mediante la eliminación de vapor de agua a través de las hojas. En épocas veraniegas, la temperatura del asfalto bajo la sombra que dan los árboles puede ser hasta 20ºC más baja que si no hubiera esta sombra, y el follaje de los árboles hace que el aire esté entre 3ºC y 5ºC más fresco.
Sáenz Peña, ciudad verde
Sáenz Peña es una ciudad que cree firmemente en la importancia de otorgar estos beneficios a todos sus habitantes, es por esto que cuenta con cien plazas distribuidas en tradicionales, plazoletas, bulevares, represas y lagunas en todos los barrios de la ciudad, sumando también las superficies verdes del ferrocarril.
Para disminuir los niveles de anhídrido carbónico (CO2), monóxido de carbono (CO) y anhídrido sulfuroso (SO2), las cuales son responsables de la formación de calina y brumo en las zonas urbanas, Sáenz Peña cuenta con patrimonios naturales protegidos, como el Ceibal del barrio Loma Linda y los Algarrobos del barrio San Martín. También se realizó la planificación del Botánico Abierto de la avenida 33, que es hoy un paseo de recreación y deportivo elegido por los habitantes de la segunda ciudad del Chaco.
De igual manera, se creó el programa de forestación responsable, que propone la plantación de especies autóctonas, que soporten el clima de la zona y ayuden a combatir la contaminación, mejorar el bienestar emocional, la salud física, fomentar la vida al aire libre y el encuentro social y de esta manera aumentar la conciencia ambiental de los ciudadanos.