En lo que va del 2025, el Chaco perdió 8650 hectáreas de bosque nativo
En el primer semestre de 2025, la provincia del Chaco sufrió la pérdida ilegal de 8.685 hectáreas de bosque nativo, según un informe difundido por la organización ambientalista Greenpeace. La cifra forma parte de un relevamiento más amplio que incluye también a Santiago del Estero, donde se detectaron 22.315 hectáreas deforestadas, lo que suma un total de 31.000 hectáreas desmontadas en ambas provincias. El área arrasada equivale a una vez y media la superficie de la ciudad de Buenos Aires.
El informe, realizado mediante el análisis de imágenes satelitales, denuncia que la deforestación en ambas provincias no solo continúa, sino que se da en forma ilegal. En el caso del Chaco, Greenpeace advierte que no se está cumpliendo con un fallo judicial que suspendió los desmontes, y que las autoridades provinciales no están ejerciendo un control efectivo sobre el cumplimiento de esa resolución.

«Es evidente que hay complicidad de los gobiernos provinciales. En Santiago del Estero se autorizan desmontes para ganadería donde la Ley Nacional de Bosques no lo permite, mientras que en Chaco no se controla lo suficiente para hacer cumplir el fallo de la Justicia», señaló Hernán Giardini, coordinador de la campaña de Bosques de Greenpeace.
La organización ambientalista también volvió a insistir en la necesidad de modificar el marco legal vigente para que la destrucción de bosques deje de ser solo una infracción administrativa y pase a considerarse un delito penal. «Las multas económicas no son suficientes como sistema de disuasión de los desmontes. Cuando son bajas, los empresarios agropecuarios las incluyen como parte de sus costos de producción; y cuando son altas, ponen sus abogados para no pagarlas», sostuvo Giardini.

Argentina continúa registrando elevados niveles de deforestación, a pesar de haber asumido compromisos internacionales. En 2021, durante la Cumbre Climática de Glasgow, el país firmó un compromiso de Deforestación Cero para el año 2030. Sin embargo, los datos recientes revelan que ese objetivo parece estar lejos de cumplirse.
«La deforestación es un ecocidio que provoca desaparición de especies, cambio climático, inundaciones, sequías, desertificación, enfermedades, desalojos de indígenas y campesinos, pérdida de alimentos, medicinas y maderas. Debemos acabar con la impunidad, penalizando la destrucción de nuestros bosques», concluyó Giardini.
En este contexto, Greenpeace advierte que si no se adoptan medidas urgentes y se hace cumplir la ley, la situación de los bosques nativos en el norte argentino seguirá deteriorándose, con impactos directos sobre el ambiente, las comunidades rurales y el clima.