Familias endeudadas la morosidad en préstamos y tarjetas alcanza su nivel más alto en 14 años
La morosidad bancaria continúa en ascenso y encendió las alertas en el sistema financiero. En junio, el incumplimiento en el pago de créditos al sector privado sumó su sexto mes consecutivo de suba, en un contexto de inflación persistente y salarios que no logran recuperar el poder adquisitivo.
De acuerdo con los datos del Banco Central (BCRA), la irregularidad en el total del crédito al sector privado aumentó 0,3 puntos porcentuales y alcanzó 2,9%, el registro más elevado desde enero de 2023.
El mayor deterioro se observa en los préstamos destinados a consumo de los hogares, que treparon a un 5,2% de morosidad en junio, un récord desde el inicio de la serie estadística en 2010. En apenas un mes, la tasa de incumplimiento creció 0,7 puntos.
«Lo preocupante no es sólo el nivel de irregularidad de las familias –que en los últimos 20 años promedió 3,3%– sino la velocidad con la que viene aumentando», advirtió la consultora Equilibra.
Al desglosar los datos, los préstamos personales fueron los más afectados. La morosidad trepó al 6,5% del total, con un salto de 0,9 puntos en un mes y de 2,3 puntos en la comparación interanual. En las tarjetas de crédito, la irregularidad llegó al 4,9%: medio punto más que en mayo y 2,9 puntos por encima del mismo mes del año pasado.
Con tasas de interés en alza, las familias que buscan refinanciar saldos adeudados enfrentan un panorama complicado. «Quienes no logran cubrir esos financiamientos difícilmente podrán acceder a nuevas refinanciaciones, salvo a tasas altísimas», sostuvo un informe de Épyca Consultores.
El impacto en la actividad económica
El repunte de la morosidad es la contracara de la fuerte expansión crediticia del último año y medio. Según el BCRA, hasta junio el crédito total al sector privado creció casi 100% en términos reales. En préstamos personales el incremento rozó el 200%, mientras que en tarjetas de crédito fue cercano al 70%.
Un informe de la empresa de información financiera SIISA señaló que las dificultades de pago se extienden incluso a sectores tradicionalmente cumplidores y anticipó que la tendencia podría profundizarse en el segundo semestre.
En los bancos, si bien todavía no consideran que la situación sea crítica, ya comenzaron a recortar algunas líneas de financiamiento y a endurecer los requisitos de acceso. Además, la suba generalizada de tasas desalienta nuevas solicitudes de crédito.
Los analistas advierten que esta dinámica amenaza con frenar la actividad económica. Según GMA Capital, los préstamos a empresas –que venían en expansión– cayeron 2,3% en lo que va de agosto. «Con tasas reales excesivas, es razonable que la intermediación financiera se frene, con un impacto negativo en la economía», subrayaron.
Equilibra coincidió en la advertencia: «En un contexto de suba de tasas, mayores encajes y aumento de la morosidad, es probable que los bancos adopten una postura defensiva y limiten el crédito en pesos al sector privado. Si esto ocurre, la actual meseta de la actividad podría transformarse en recesión».