Doce niños estuvieron nueve días desaparecidos en una cueva de Tailandia: los hallaron con vida
A partir de ahora se inicia la complicada tarea del rescate, una operación que puede tardar días.
Se ha hecho el milagro. Los doce niños tailandeses desaparecidos junto con su entrenador hace nueve días en la cueva inundada de Tham Huang Nang Non, en el norte del país, han sido encontrados vivos este lunes, según han confirmado el gobernador de la provincia de Chiang Rai, Narongsak Osottanakorn, y los propios equipos de rescate. A partir de ahora se inicia la complicada tarea de rescatarles, una operación que puede tardar días, mientras toda Tailandia se felicita por el éxito de una búsqueda que mantuvo al país con el corazón encogido.
La cueva Tham Luang no es muy frecuentada por los turistas extranjeros ya que está situada en un lugar alejado, pero atrae a los lugareños que veneran una pequeña estatua de Buda que hay dentro. Los chaparrones caen regularmente en Tailandia durante la época del monzón, entre mayo y octubre, provocando generalmente inundaciones y deslizamientos de terreno.
Los niños, entre los once y los 16 años, forman parte de un equipo de fútbol y habían terminado un entrenamiento. Junto con su monitor, de 25 años, fueron a recorrer la cueva, una famosa atracción turística de la zona y la cuarta más larga de Tailandia, con casi diez kilómetros de túneles y se les perdió el rastro el 23 de junio.
En la caverna donde se perdió el grupo el agua alcanzó en algunas partes hasta cinco metros de altura debido a las fuertes lluvias del monzón de los últimos días. Según el Bangkok Post, los visitantes deben cruzar un pequeño arroyo para entrar en la cueva, lo que la hace inaccesible si sube la corriente.
“Equipos de la Marina tailandesa han encontrado a los trece sanos y salvos”, ha dicho hoy el gobernador local. En su página de Facebook, los infantes de Marina han confirmado el hallazgo: “¡Les hemos encontrado! Pero nuestra misión no está completa, tenemos que llevarles asistencia médica, geles energéticos y equipamientos que les sustentes a ellos y los colegas en ese punto (de la cueva) hasta que esté en marcha un plan para sacarles”. La noticia ha sido acogida con un júbilo feroz en un país que mantenía la esperanza pero se preparaba para lo peor mientras se desarrollaba una denodada operación de rescate contrarreloj en medio de fuertes lluvias, en una cueva laberíntica, taponada por el agua y el barro y en completa oscuridad.
Según el gobernador, los niños y su monitor fueron encontrados en una isleta en el interior de la cueva, donde el agua llegó a cubrir hasta cinco metros en algunos puntos. El lugar donde se encontraban, a 4 kilómetros de la boca de la gruta, estaba 400 metros más allá del punto donde inicialmente se calculaba que podrían encontrarse, una zona elevada que los equipos de rescate habían apodado como “playa Pattaya”, por la famosa zona turística en las cercanías de Bangkok. La operación es la más amplia de rescate jamás lanzada en territorio tailandés —han participado más de 1.300 efectivos– y ha contado con el apoyo de expertos de Estados Unidos, Japón, China y Australia.
Un vídeo distribuido por los equipos de rescate que localizaron a los menores y el entrenador muestra a los trece en aparente buen estado de salud y contentos de haber sido encontrados, en una zona elevada sobre las aguas. “¡Gracias! ¡Gracias!”, dicen los niños, en rudimentario inglés, a los dos submarinistas británicos que les localizaron. “Va a venir mucha gente. Nosotros somos los primeros, pero va a venir más gente”, les contestan los especialistas. Los niños habían perdido la noción del tiempo. “Es lunes. Habéis estado aquí diez días, sois muy fuertes”, les explican, antes de comentarles que aún tendrán que esperar para poder salir de la cueva. “Esperamos que sea mañana”, dicen los buceadores.
Mientras otros miembros de los equipos de rescate trataban de drenar las partes más anegadas de la cueva, submarinistas de elite de la Marina tailandesa y los expertos extranjeros lograron un progreso clave este lunes al conseguir cruzar un pasaje que había quedado bloqueado por el agua y el barro. En el exterior, otros grupos de la operación trataban de encontrar entradas alternativas a la cueva, por si fuera más fácil rescatarles desde allí.
Una vez localizados, según explica la página de la Marina tailandesa, la operación de rescate, que puede tardar varios días en completarse, se desarrollará en varias fases. En la primera, cuatro submarinistas llevarán a los niños suministros imprescindibles de supervivencia, incluidos alimentos y equipos de primeros auxilios, y examinarán la zona para determinar si existe algún peligro. En la segunda fase se añadirán más equipos, incluidos médicos que examinarán a los trece uno por uno para determinar su estado preciso de salud; también se asegurará el suministro de aire respirable. En la tercera, se enviarán más víveres para un periodo más prolongado, mientras continúa el drenaje de la caverna y se empieza a enseñar a los niños cómo bucear y utilizar los respiradores.
“Estoy tan feliz… Quiero verle, en buena salud mental y física”, ha dicho Thinnakorn Boonpiem, padre de uno de los niños desaparecidos, citado por la agencia France Presse. “Me siento aliviada”, declaraba otra madre, después de recibir confirmación de que su hijo había sobrevivido “bebiendo agua de lluvia” que se filtraba en la cueva.