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Con la preocupación por lo sucedido con los periodistas secuestrados por una disidencia de las Farc en la frontera colomboecuatoriana, lo que provocó que el presidente Lenín Moreno abandonara la cita continental y regresara a Quito la noche de este jueves, y con la corrupción y Venezuela como ejes de las discusiones, se inicia hoy en Lima la VIII Cumbre de las Américas con las ausencias notorias del presidente estadounidense, Donald Trump, y del venezolano Nicolás Maduro.
Será la primera ausencia de un presidente estadounidense en este encuentro hemisférico desde su creación por el demócrata Bill Clinton, en 1994, para promover el libre comercio y los derechos humanos.
Asistirá en su lugar el vicepresidente Mike Pence, al frente de una delegación que incluirá a la hija del primer mandatario, la joven y prominente Ivanka Trump, que participará hoy en el encuentro de empresarios para promover el papel de la mujer en la economía.
Más allá de amenazar con poner fin al Tratado de Libre Comercio de Norteamérica (TLCAN), vigente desde 1994, si los resultados de la renegociación no lo satisfacen, o de querer erigir un muro a lo largo de los 3.000 km de frontera común con México, Trump ha vuelto a arremeter en los últimos días contra la inmigración.
AMÉRICA PRIMERO, HASTA SUS ÚLTIMAS CONSECUENCIAS
En cuanto a la corrupción, los cancilleres y altos representantes de los 34 países invitados acordaron ayer el documento contra la corrupción que adoptarán los jefes de Estado y de Gobierno en su reunión plenaria del sábado.
Es la primera vez en 13 años que se logra consensuar “un documento orientado a la acción” antes de la reunión de presidentes. El texto aprobado incluye acciones concretas para la lucha contra la corrupción en la región en temas como transparencia y acceso a la información, participación de la sociedad civil en el seguimiento de la gestión gubernamental, protección de informantes y libertad de expresión, educación en valores democráticos y el rol del sector privado.
El jueves, en los foros previos que se desarrollan en torno de la cita, Lima vivió varias sobresaltos. Más de medio centenar de cubanos oficialistas y una decena de venezolanos boicotearon al grito de “mercenarios” el inicio de la reunión entre los representantes de gobiernos y miembros de la sociedad civil.
Por su parte, los representantes sindicales y civiles de América que participan en la Cumbre de los Pueblos reafirmaron su apoyo “inquebrantable” y solidaridad con los gobiernos de Venezuela y de Cuba.
En la mañana hubo una protesta frente a la embajada venezolana convocada por Amnistía Internacional.