La harina supera el precio internacional y el pan podría llegar a costar hasta 50 o 60 pesos
El valor de la bolsa de harina de 50 kilos subió 157% en lo que va del 2018 superando los parámetros internacionales en paralelo al aumento de tarifas de gas, electricidad y agua, por lo que el precio del pan podría dispararse hasta los 50 o 60 pesos.
Los panaderos sostienen que sus comercios atraviesan «una grave crisis» porque no pudieron trasladar todo el aumento a sus productos.
Aunque a nivel local aún no confirmaron ni desmintieron nada, en Buenos Aires realizarán mañana una medida que será replicada en distintos puntos de la Argentina: panaderos regalarán unos 5.000 kilos de pan en protesta por el «descontrolado» aumento de la harina.
La bolsa de 50 kilos de harina costaba 280 pesos a fines de diciembre del año pasado y en la actualidad los molinos la comercializan a 720 pesos, por lo que se acumuló una suba del 157% mientras que el kilo de pan aumentó como máximo un 20% dependiendo de la zona.
En la capital chaqueña el precio del pan se encuentra en los 45 pesos promedio, aunque hay panaderías del segundo y tercer cordón del Gran Resistencia aún lo sostienen entre 35 y 40 pesos.
En la ciudad de Santa Rosa, capital de La Pampa, el kilo de pan ya llegó a los 80 pesos al público, según precisó el presidente de la Cámara de Panaderos de la provincia, Eduardo Duscher, a la prensa local.
«Estamos viviendo una grave crisis, tratando de poder controlar los precios, entendiendo el bolsillo del consumidor. No podemos trasladar todos los aumentos al producto final», dijo al canal A24 el panadero Gustavo Salvador, integrante del CIPOD.
La suba del precio del harina está motivada por el fuerte y rápido alza en el valor del trigo que la industria molinera le compra a los productores, por una devaluación del 34% en lo que va del año.
Hasta 2016, el precio del harina tenía un nivel «controlado» dado que las retenciones a las exportaciones de trigo amortiguaban el valor internacional, pero ahora el mercado está completamente liberado y los productores lo venden en el mercado doméstico al mismo valor que al exterior.
«La gente ya no pide 1 kilo o medio kilo de pan. La gente entra al local y dice ‘dame pan por 20 pesos o por 15 pesos’. Y esto no puede seguir así», dijo Salvador, uno de los impulsores de la protesta que se realizará frente al Congreso.
Los panaderos le piden al Gobierno de Mauricio Macri una política pública para «regular» el precio del harina teniendo en cuenta que el pan es uno de los alimentos que más consumen los argentinos, clave en la mesa familiar.
«Necesitamos que la bolsa de harina baje a 350 pesos, es decir, 7 pesos por kilo. Sino, el pan va a superar los 80 o 90 pesos por kilo», dijo el representante panadero e indicó que también ejercen fuerte presión las subas de las tarifas y de los alquileres.
¿Qué dicen los molineros?
El presidente de la Industria Molinera Argentina, Diego Cifarelli, aseguró que la industria molinera paga el trigo en la Argentina un 25% más que el precio internacional por lo que consideró «inviable» una baja en el valor de la harina.
El representante industrial señaló que la harina «encontró una estabilidad» en los últimos quince días porque el precio del trigo dejó de subir después de haber escalado fuertemente por la devaluación del peso.
«Es inviable pensar una harina de 350, 400 o 500 pesos porque eso debería ser a partir de una política pública de fijar un valor distinto al trigo. Nosotros vivimos en un mercado de libertad, de oferta y demanda donde el productor pide un precio por la tonelada de trigo y el molino acepta o no pagarlo», dijo Cifarelli.
Y en ese sentido, sostuvo que «en la media que la tonelada de trigo esté entre los 6.000 y 7.000 pesos como en la actualidad, la bolsa de harina estará entre 600 y 700 pesos como en este momento».
A nivel mundial, el trigo vale 200 dólares la tonelada y en la Argentina cuesta entre 250 dólares y 260 dólares, según el representante de la molienda.
«Evidentemente hay una situación de mercado que hace que el precio del trigo esté (aquí) más alto. Son momentos de mercado», consideró Cifarelli.